Brindando el sabor de Bolivia en Toronto

¡Hola!

Mi nombre es Tania Di Blasi y llegué a Toronto de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia en 2001.  Soy madre orgullosa de tres hijos increíbles.  Al igual que la mayoría de los inmigrantes, al principio es difícil adaptarnos a los cambios y tenemos que empezar desde cero.  Normalmente, no podemos decidir lo que queremos hacer o tenemos que reinventarnos cuando decidimos dejar atrás todo lo que conocemos en busca de un mejor futuro.  Con el tiempo, el trabajo duro y la perseverancia, se me abrieron nuevas oportunidades.  Mi consejo es que te prepares para asimilarlo todo y poner a prueba tanto la experiencia como todos los conocimientos que has adquirido cuando llegue el momento.  No dudes de ti mismo, cree en ti mismo y hazlo.  Lo hice yo y ha sido la mejor decisión que he tomado.

¿Cómo empezó este sueño?  Se remonta a los recuerdos de mi infancia.  Habiendo crecido en Bolivia, siempre recuerdo haber visto a mi familia preparar comida deliciosa, compartir y probar nuevas recetas.

Mi madre preparaba comida fantástica para sus invitados; le encantaba albergar fiestas y a mí me causó curiosidad ver a mi abuela (otra gran cocinera) hacer todo desde cero, verles brindar experiencias maravillosas a mi familia y mis amigos con tanto amor y dedicación, y ver a la gente reunirse alrededor de la mesa degustando y disfrutando de cada bocado.  Desde entonces decidí ayudarles en la cocina y dejar que me transmitieran toda la sabiduría heredada de generaciones anteriores.

Viví en Bolivia por 25 años y estudié gastronomía con un grupo de cocineros españoles que llegaron a Santa Cruz para enseñar; quería aprender más, así que fue una experiencia maravillosa.

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Cuando finalmente decidí cumplir mi sueño de dar a conocer la cocina boliviana a la gente de Toronto, mi hija optó por acompañarme en esta loca aventura y no me puedo imaginar una mejor compañera.  Digo "loca" porque decidimos abrir en plena pandemia de COVID-19.  Sabíamos que era muy arriesgado, pero también sabíamos lo que podíamos ofrecer y seguimos creyendo que es algo único, especial y digno de compartir.

El proceso no fue fácil.  Tardamos muchos años en afinar nuestra receta de salteñas porque nos vimos obligadas a adaptarnos a unos ingredientes diferentes y locales.  Fue entonces que me di cuenta de que la elaboración de las salteñas requería ciertas habilidades, técnicas y, desde luego, paciencia.  Sin embargo, tras muchas penalidades y un tiempo de mucho aprendizaje, estamos orgullosas de los productos que podemos ofrecer hoy en día a todos nuestros estimados clientes.  El reto más grande fue conseguir el sabor auténtico.

Solo trabajamos con los mejores productos e ingredientes para preparar una de las comidas bolivianas más tradicionales e icónicas, las salteñas.  Como mencionamos antes, el proceso detrás de este plato no es nada fácil, pues las salteñas requieren tres días de preparación, pero vale la pena porque cuando vemos las expresiones faciales en nuestros clientes cuando den el primer bocado y no las puedan ocultar, se enamoran profundamente del sabor, la textura y la unicidad.  Para nosotras, esta es la mejor recompensa y la motivación que nos impulsa a seguir mejorando y manteniendo la calidad de los productos.

Esperamos que la gente de Toronto sea lo suficientemente aventurera como para explorar y aprender más sobre nuestra gastronomía y cultura.

Hasta pronto,

Tania y Fiona