Las cholitas se reconocen fácilmente en las calles de Bolivia cuando pasean con las sandalias negras y planas, un tejido con textura de surco sobre sus espaldas y un bombín negro. Lo más bonito es que las cholitas llevan faldas negras abullonadas hasta el tobillo.
A las cholitas se les trataban como ciudadanas de segunda clase y se les negaban acceso a la educación postsecundaria porque no les quedaba otra que ser criadas.
La verdad es que las cholitas, las mujeres indígenas de Bolivia, son a menudo de origen quechua o aymara. Son las cuidadoras originales de los paisajes de Bolivia mucho antes de que los colonizadores españoles llegaran a azotar las tierras de Bolivia.
Pero hoy en día, en el cuadrilátero, las cholitas se sienten radicalmente capacitadas para enfocarse en su fuerza, poder y coraje como las mujeres de Bolivia.
Como deporte, la lucha ha sido una oportunidad para que los hombres masculinos puedan exhibir sus fuerzas y cuerpos músculos, pero en la actualidad las cholitas también suben al ring para luchar. Es un acto verdadero de resistencia y de lucha contra la narrativa estereotipada de las cholitas.
Estas mujeres no llevan spandex como luchadoras típicas estadounidenses sino su propia vestimenta típica: Faldas largas y bombines. Otra diferencia entre las cholitas luchadoras es que luchan con otros hombres en lugar de mujeres. Es un partido contra los estereotipos sexistas latinos para las cholitas bolivianas.
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¡Sigue adelante luchadora! ¡Sigue adelante guerrera!
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